Invertir el tiempo y el esfuerzo para convertirme en terapeuta fue una decisión de la que vivo orgullosa y agradecida. Como muchas de ustedes, mi historia no ha seguido un camino recto o fácil. Pero me alegra y alivia decir que mi uso de la psicoterapia mientras busco mi propio BIENESTAR me ha permitido afrontar las alegrías, desafíos, y altibajos de ser no solo una mujer, sino inmigrante, profesional y
más recientemente, una mujer de negocios.
Me relaciono con todas las mujeres que describo en la terapia para la mujer y especialidades que describo en otras páginas de esta web.. Sé lo que se vive al escuchar a ese crítico interno implacable, y he vivido abrumada dudando de mis capacidades, habilidades, talentos y logros, y sufriendo el impacto en mi autoestima, todo aquello me llevo a querer entender la raíz y el fondo detrás de mi propio síndrome del impostor.
Soy una mujer que a llegado hasta el agotamiento limite tratando de probar su valor a través del perfeccionismo y sobre-compensar mis vacíos a través del trabajo arduo y sin límites, que conocemos como trabajolismo. Una mujer que aún está encontrando a través de la autocompasión y el verdadero amor propio, el balance y una manera sostenible de manejar el estrés y el agotamiento.
Pero al igual que TÚ, Soy mucho más que la suma de mis defectos y limitaciones y problemas. Soy una mujer profunda, una mujer que busca, se atreve y que además es una mujer sabia y feliz de vivir al ritmo de su propio tambor. Soy una mujer comprometida a vivir una vida plena y saludable. Soy una mujer integra, una mujer de valores.​